Hoy se conoció la encuesta Datexco
y pulso país, donde se revelo que los números de Gustavo Petro en solo en cinco
meses, hacen agua, paso de una aprobación de su imagen de 54 por ciento a 44
por ciento, y ante la pregunta de si aprueba o no, la manera como esta
manejando el país, paso de 50 por ciento a 39 por ciento, una fotografía muy
diciente de lo que están percibiendo los colombianos y muchos arrepentidos que
se empiezan a sumar a las huestes de la oposición, que aunque no necesariamente
quiere decir que estén con la oposición partidista reconocida, si empieza a
constituir una importante opinión en contra del gobierno por el cual votaron y
hoy se sienten defraudados y preocupados por el futuro del país, que es el
mismo de sus familias.
No son menores los hechos,
Gustavo Petro como su gobierno viene dando tumbos, no porque no sepa lo que quiere,
sino porque pensó que tenia mas tiempo para seguir engañando a la opinión, él está
perfectamente claro en lo que quiere para Colombia, necesita el caos que ya
esta diseminando por las regiones para descarrilar cada ladrillo que odia de la
democracia, que construyo el país con tanto esfuerzo por lo menos los últimos 40
años, no tengan duda, la detesta, le estorba, la única Ley que le agrada es la
que decreta que su opinión es de carácter “divino”.
Solo hay que ver la novela que
armo para oponerse al Metro de Bogotá, que en un acto flagrante de extorsión al
Distrito, pretende que se prevarique, para que la alcaldesa de Bogotá se vaya
presa por “la política del amor” dirá
Petro, y que también se vayan presos el representante legal de la empresa metro
y su junta directiva, que para saciar al nuevo monarca, se deben reverenciar
sus deseos.
Este disparate le costaría a la
nación y los bogotanos otra década de espera y una reforma tributaria de 20 billones
de pesos más, son las consecuencias de elegir un gobierno que carece de la mínima
técnica, y todo lo hace con el libro de la extremismo político en la mano, si
los bogotanos y los colombianos cedemos a tamaña locura, nos quedaremos sin el
metro y sin la plata.
Descarrilar a Colombia como se advirtió, no seria de un día para otro, pero parece que el gobierno Petro quiere imponer un Récord, llevamos muchos meses especulando con las reformas y nos distrajeron del plan macabro que redactaron en el plan de desarrollo, un documento que mas parece una coronación de un monarca, con un sin número de facultades extraordinarias para que se rediseñen muchas instituciones y crear otras, pero la perla de todo el asunto es la creación de una “agencia nacional de inteligencia de seguridad digital” que dependa de presidencia, no me imagino si esa idea la hubiera propuesto el gobierno anterior, ya estaría toda la horda denunciando ante la famosa corte que fascina a la extrema izquierda internacional, solicitando mil y una medidas cautelares en contra del estado colombiano, y la primera línea ya estaría quemando media Colombia y el libretista de la cofradía haciendo un documental de todo ello.
En tan solo cinco meses
renunciaron dos viceministras, una en la cartera de minas y otra en la cartera
de trabajo, porque ambas se dieron cuenta de la improvisación y falta de conocimiento,
pero sobre todo el factor ideológico que sustituye el conocimiento tecnico para
poder adelantar una reformas de tal importancia, una que destruye el sistema de pensiones y la otra que dejo en evidencia la politica de su jefa, que elimina la soberanía energética del país, para depender de una dictadura, y exterminar a Ecopetrol, publicando datos falsos para justificar su politica, la señora sigue en su puesto como si nada, sin hablar de la reforma mas
peligrosa para el futuro y estabilidad de los colombianos, la de salud, donde
se nombró a una energúmena y fanática ideológica de extrema izquierda, que
lleva escondiendo el texto de la reforma por meses, para pasarla a espaldas del
país, que el propio ministro Alejandro Gaviria califico de suicidio.
No sé cuáles serán los resultados
de las marchas de febrero, pero es necesario que los ciudadanos se expresen el
15 F, sobre el descalabro institucional y democrático que anuncia el
gobierno, que no es más que un salto desde el Tequendama al abismo.
Si los colombianos no nos paramos
duro, nos dejaran sin país y sin democracia, descarrilados y sin metro…
Por @ManoloParis_