Este 29 de Mayo tenemos una cita con la historia, el país después de haber sido atacado
por el virus como el resto del mundo, fue atacado de manera maquiavélica por
sus más grandes enemigos, el odio y la narrativa, esas armas que desde 2010
venían atacando al país de manera soterrada en primera instancia, a cuenta
gotas si se quiere, pero que con el pasar del tiempo se convirtió en la peor
campaña de odio, de colombianos contra otros colombianos, que de manera
brillante ha sido implementada por la extrema izquierda en el país, al punto
que los tienen como serios aspirantes a la presidencia de la república en las
actual contienda electoral.
Me
explico, desde la salida de Álvaro Uribe de la presidencia, con la popularidad más
alta de la historia de un mandatario saliente, con una cantidad de hitos
consolidados en economía, seguridad y crecimiento, que posicionaron al país a
la vanguardia de la región, y como único muro de contención entre el socialismo
repotenciado, que se tomó Latinoamérica con la llegada de Chaves, y ante tal
escenario, idearon desde las huestes derrotadas, para ese momento,
una estrategia de desinformación sin precedentes, de ataque sistemático y odio
permanente, un bombardeo de una narrativa del fracaso, del señalamiento, del fusilamiento
moral, la extrema izquierda no perdona que en el año 2002 estuvo tan cerca de
tomarse el poder, y que el país con el liderazgo del presidente de la república
y su ejército, se acabara el mito que eran invencibles en el tema militar e
ideológico.
La
extrema izquierda se ha venido tomando el país, ganando espacios de opinión que
antes no tenían, y que gracias a la redes sociales, el concurso de los
sindicatos de educación pública, los batallones de bodegas en redes, e impresos
no convencionales, que reparten en buses y servicio público, sin hablar del
componente judicial que los apoya, como los grupos armados desmovilizados y no desmovilizados que les hacen campaña de frente después de haber asesinado y secuestrado cientos de miles de colombianos, han sabido conjugar todo esto
para invadir la verdad, con la influencia, con el nuevo relato, con la
tergiversación de la realidad, y con ello, el señalamiento de acabar con la idea
de país con futuro que veníamos observando, y crear el país del fracaso, de la
pobreza absoluta, de la sociedad corrupta, de ese país que solo el mesías
ungido puede salvar, sin reconocer ningún avance en ninguna materia, la narrativa nos pone por debajo
del Congo o Etiopía, una falsedad absoluta, que increíblemente la secta que han
creado para tomarse el poder cree sin reparos.
Da
mucha indignación ver como manipulan a jóvenes totalmente adoctrinados, con este relato,
queriendo que su propio país caiga al abismo del modelo que encarna la destrucción
de Venezuela, cuba y nicaragua, y ahora increíblemente Chile, ahora se ve a los jóvenes con odio hacia los empresarios, la propiedad privada y la riqueza, el odio y a narrativa haciendo su trabajo, llaman corrupto o asesino a cualquiera que se oponga al régimen que quiere imponer su nuevo ídolo desde su mansión en chia.
Esa
narrativa y ese odio sin pausa, nos está llevando a la división que necesita
Gustavo Petro para tomarse el poder, ese odio que lleva a que esta generación
crea que sus padres y sus abuelos no hicieron nada por el país, donde
derramaron su sangre para defenderlo del enemigo al cual le quieren entregar el
país para su modelo de atraso y destrucción, por el cual los tiene
hipnotizados, con palabras bonitas sobre amor, paz, y medio ambiente, y que
disfrazo en ellas su maldad, su tiranía, y su apetito por la venganza social
que siempre se soñó cuando su grupo terrorista se alzó en armas.
Colombianos,
si gana el modelo del socialismo disfrazado de progresismo, nadie vendrá a
ayudarnos, nadie vendrá a auxiliarnos, estaremos solos con nuestra desgracia.
Venzamos
la narrativa del odio y el fracaso, este domingo votemos por nuestra libertad,
no sea que como hace 200 años, nos toque volver a la guerra para que nos la
regresen.
Por @ManoloParis_
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